Tres andaban recorriendo Galicia por las romerías, las fiestas, los teatros… siempre en contacto cn los viejos gaiteiros herederos directos de la tradición: Os Campaneiros, os irmáns Garceiras, os Areeiras, os Rosales y un largo etcétera fueron colegas, maestros y compañeros. Son Xosé V. Ferreirós, Fernando Casal y Ramón García Rei que formaban “Faíscas do Xiabre”, grupo de música tradicional nacido a orillas del Ulla, en Catoira, quienes dejaron un hermoso disco que dieron en titular “In Memoriam”.
Por otra parte estaban dos músicos que desde años atrás se afanaban en las sonoridades e instrumentos medievales. En aquella época la zanfona, la cítola, la ocarina, el freixolé convirtieron sus pasos en una especie de peregrinaje por Galicia adelante buscando quién las tenía, quién las hacía, dónde se podían encontrar. No eran tiempos de abundancia y la inquietud era el testimonio de una realidad precaria, pero aun así apostaron por emprender el camino. Son Rodrigo Romaní y Antón Seoane. Fruto de su trabajo nació el disco “Milladoiro”, Premio de la Crítica en el año 78.
Conocieron a quien en ese tiempo ponía en marcha el núcleo del futuro Grupo de Cámara de la Universidad de Compostela. Fondos musicales de catedrales, archivos de música antigua, etc. eran su afán, y así pasaron de cinco a seis con la llegada de Xosé A. Méndez. Tan sólo faltaba encontrar violinista, tarea casi imposible en la Galicia de entonces, mas la emigración fue generosa y devolvió al país a quien se había marchado en su día: Laura Quintillán, violinista de Milladoiro en los anos 79 y 80, posteriormente sustituida por Michel Canada.
Actualmente el puesto de violinista lo ocupa Harry.c.
En el año 2000 se produjo la incorporación el guitarrista Manú Conde.
“Compartíamos y compartimos la pasión por la música y por nuestro país, pero siendo conscientes de que el camino, el emblemático camino de Santiago es vía de dos direcciones; de ahí nuestro nombre. Los milladoiros que guiaban los pasos de los peregrinos que se acercaban a Galicia nos permitieron abrirnos a las muchas influencias que enriquecieron esta esquina de Europa.
Somos y nos sentimos de aquí en la medida en que creemos conocer y respetamos el mosaico temporal y espacial rico y diverso en que vivimos. No pretendemos proclamas con la música, tan sólo divertir y divertirnos con este tesoro que son las melodías que esta tierra nos legó, fruto de generaciones anónimas de músicos tradicionales.
Nuestra ilusión sería devolver lo mucho recibido en forma de música hermosa y viva que nos ayude como país a mantener un lugar de identificación colectivo que nos permita seguir existiendo bajo el irremediable manto de la aldea global.
Así fue y sigue siendo nuestra pequeña historia, la historia que empezó en el otoño de 1978 y que dimos a conocer por vez primera un 15 de mayo de 1979 en el Auditorio de los Salesianos de A Coruña”.